El transporte aéreo resulta indispensable para la logística actual. Por una parte, por su eficacia y seguridad y, por otra, por su rapidez en las entregas. No obstante, produce una alta cantidad de agentes contaminantes que afectan al medio ambiente.
Contaminación de la actividad aérea
El transporte aéreo soluciona los problemas de logística derivados de las grandes distancias. Pero debido a la popularización de este transporte, en la actualidad es responsable del 3% de las emisiones de CO2. El origen de estas emisiones es el consumo de combustible que utilizan los aviones y que producen un gran impacto sobre la atmósfera. Además, los vuelos de bajo coste han aumentado considerablemente, lo que también ayuda al aumento de las emisiones provocando el denominado efecto invernadero. Por otro lado, también hay que tener en cuenta el ruido derivado de las infraestructuras. El ruido acústico de los aeropuertos acaba afectando a las personas y a la fauna local.
Afortunadamente, los acuerdos adoptados en la Conferencia de París en el 2015 pueden ayudar a solucionar los problemas del calentamiento global. El acuerdo lo firman 97 países.
Acciones previstas en el transporte aéreo
Las principales acciones derivadas de este acuerdo son las siguientes:
- Un aumento de la temperatura media mundial muy por debajo de 2 °C
- Promover un desarrollo con bajas emisiones de gases de efecto invernadero
- Aumentar los flujos de financiación sin comprometer al clima
Una de las medidas previstas se basa en el impulso del Balanced Aproach que propone OACI. Se pretende reducir la contaminación acústica promoviendo el desarrollo sostenible de los aeropuertos dentro de la Unión Europea. Respecto a las emisiones contaminantes, se promueven diferentes medidas para reducir las emisiones de gases efecto invernadero.
Para cumplir con este compromiso, la CEAC ha promovido la clasificación de los motores de los aviones según sus emisiones. También propone la aplicación de tasas de aterrizaje más elevadas para las aerolíneas con mayores niveles de emisión.
Otras medidas para los próximos años
Recientemente, en la conferencia de Montreal del 2016, se ha añadido una norma sobre los nuevos diseños de aeronaves. Los aviones de nueva fabricación que no cumplan la norma en el 2028 ya no podrán seguir fabricándose.
La norma prevé reducciones entre el 12% y el 15% de las emisiones de CO2, estimando una reducción de 650 millones de toneladas de gases efecto invernadero para el 2040.
Paralelamente a todos estos convenios, se está empezando a tomar decisiones para favorecer el tráfico aéreo:
- Reglamento para la certificación del ruido en las actividades aeronáuticas
- Reducción de emisiones y ruido de las operaciones y los aeropuertos
- Nueva norma sobre las emisiones de gases contaminantes
- Mantenimiento de bases de datos ambientales
- Análisis de los impactos de las aeronaves sobre el cambio climático
- Propuesta de combustibles alternativos sostenibles
Todas estas medidas pueden dar lugar a un futuro más sostenible para el tráfico aéreo.