Cualquier sustancia que sea susceptible de provocar daños en las personas, el medioambiente u otros bienes con los que pueda estar en contacto es considerada sustancia peligrosa.
Y como tal, precisa de un embalaje especial para poder transportarla entre países, o dentro de un mismo territorio, sin poner en riesgo a ninguno de los elementos que la rodean.
¿Quieres saber cuáles son las exigencias que debe cumplir? Te las contamos a continuación.
Requisitos del embalaje en mercancías peligrosas
Lo primero que debes saber es que en lo que respecta al transporte de mercancías peligrosas, existe una normativa que regula el tipo de envases y embalaje que se debe usar para cada una de estas sustancias.
Asimismo, exige que cualquier carga debe superar unas determinadas pruebas para certificar que cumple con los niveles de seguridad y resistencia que se han establecido.
El embalaje puede ser de plástico, cartón o metal, pero siempre debe estar correctamente etiquetado. Es decir, debe contener la siguiente información:
- Tipo de homologación
- Número ONU
- Marca de manipulación
- Código de comunicación internacional
En el siguiente apartado compartimos algunos de los envases más recomendados para cumplir con todos estos requisitos.
Tipos de embalaje o envases que puedes usar con mercancías peligrosas
Veamos ahora de forma más específica cuál es el embalaje en mercancías peligrosas más aconsejable.
Recuerda que sea cual sea tu elección, este siempre debe estar homologado y cumplir con los requisitos que hemos descrito antes.
- Bidones de acero. Se trata de unos de los envases más usados en el transporte de mercancías peligrosas. Gracias a sus ventajas, tales como estabilidad, seguridad de cierre y larga duración, garantizan mayor protección.
- Bidones de plástico. Al estar fabricados de polietileno, favorecen la conducción de la electricidad. También son altamente resistentes a sustancias corrosivas, además de evitar la ignición. Suelen usarse como embalaje en mercancías peligrosas de aceites, combustibles y productos químicos.
- Contenedores IBC. Son de gran capacidad y están elaborados con plástico de resistencia elevada. Además, están reforzados por una reja de acero.
- Jarras y cubos. Estos últimos son los más pequeños y pueden ser de metal o de plástico. Se usan sobre todo para el transporte de líquidos.
Como decíamos antes, estos envases, además de estar homologados, deben ir acompañados del etiquetado correspondiente.
Esto tiene un doble objetivo: cumplir con las exigencias y trámites en aduanas y evitar cualquier tipo de accidente o daños personales, ambientales o materiales que pudieran ocurrir.