El Consejo de Ministros de España aprobó a finales de diciembre un real decreto que contiene medidas para la implantación de una infraestructura para los combustibles no convencionales y un Marco de Acción Nacional de Energías Alternativas en el Transporte. El objetivo es que la cuota de mercado para las energías renovables en el transporte sea de un 10% en el año 2020.
Las dos medidas quedan enmarcadas dentro de la trasposición de la Directiva 2014/94/UE. Esta directiva regula las acciones específicas para garantizar la creación de una infraestructura que asegure el suministro de hidrógeno, de electricidad y de gas natural en el sector transporte.
Implantación de energías alternativas en el transporte
En el real decreto se establecen las especificaciones técnicas que deben tener los puntos de recarga para vehículos eléctricos y, también, las instalaciones para suministrar electricidad a buques, puntos de repostaje de hidrógeno en carretera y puntos de repostaje de gas natural para el transporte. Establece, también, que estos puntos de recarga públicos no pueden demandar un contrato previo y se debe informar al consumidor correctamente sobre todo los relativo a éstos.
Además, los fabricantes de vehículos tendrán la obligación de informar de los distintos tipos de carburante que puede aceptar cada vehículo. Y esta información deberá constar siempre en los manuales de los vehículos así como en los puntos de carga y repostaje y en los concesionarios.
En lo referente a los precios, será necesario informar de los del hidrógeno y el gas natural con la finalidad de que el consumidor pueda comprar los precios de éstos respecto a los combustibles tradicionales y convencionales.
Además, según el diario Expansión, también se tendrá que poner a disposición de los propietarios de vehículos de la ubicación geográfica de los puntos de recarga y repostaje.
El Marco de Acción Nacional de Energías Alternativas en el Transporte tiene el objetivo de aumentar el uso de los sistemas eléctricos y de gas; reducir la contaminación; reducir los costes que se derivan de las importaciones del petróleo y enfocar la industria de la automoción y el transporte a las tendencias venideras.
Es decir, se pretende reducir la dependencia del petróleo y promover sistemas de transporte sostenibles por tierra, mar y aire.