Exportar a Japón es una práctica que llevan a cabo muchas empresas españolas. En gran parte debido al atractivo económico del país y su potencial de crecimiento. Se trata de un mercado altamente competitivo, pero con un cliente muy fiel, profesional, altamente valorador de la calidad y la innovación.
Muestra de ello es el crecimiento de las exportaciones que se realizan desde España con destino a Japón. En el año 2017, España exportó a Japón por valor de 2.446 millones de euros, consolidando así una tendencia creciente desde 2009 y duplicando el valor de las exportaciones del año anterior, 1.213 millones de euros. Además, en 2017, España se colocó alcanzó el puesto de sexto proveedor del mercado japonés dentro de la Unión Europea.
Exportar a Japón: algo a tener en cuenta en tus planes de expansión
Para saber los intereses de los japoneses un indicativo es observar el comportamiento y gasto que realizan sus turistas. La alimentación, la agricultura o la vitivinicultura son los sectores que les fascinan. Otros que también tienen mucho éxito entre este sector es el mobiliario de materiales naturales, el textil o el calzado de piel.
Pero también es un mercado que se adapta bien al cambio y que aprecia la innovación y el progreso tecnológico. Y eso hace que se fije en mercados como las telecomunicaciones, la maquinaria industrial o la tecnología con finalidades médicas y científicas.
¿Qué caracteriza al mercado japonés?
Calidad
Es muy importante destacar que el producto debe marcar la diferencia y ser único. El comprador japonés no tiene problema en pagar más siempre que reconozca que se le está aportando un valor añadido
Exigencia
Es un mercado al que no le importa pagar más pero sí tiene muy en cuenta la reputación de los productos. Si pagan calidad quieren que el producto la tenga.
Detalles que no se te pueden pasar por alto si exportas a Japón
• A causa de los muchos países y empresas interesados en exportar a Japón, es un mercado con precios muy competitivos.
• La presentación de los productos tiene mucha importancia en una cultura tan eminentemente visual como ésta.
• El nivel de protección arancelaria japones varía según el tipo de sector y producto. Pero en general, el arancel medio que aplican se sitúa entre los más bajos que otros mercados mundiales.
• Hay tipos que productos, como los manufacturados e industriales, que no tienen carga arancelaria. Los productos agrícolas, sin embargo, son los que tienen aranceles más altos. Pueden llegar al 50%.
• La alimentación procesada o el calzado de piel son productos a los que se les aplican los aranceles más altos -llegan casi al 25%-. Estos son los que tienen mejor acogida entre los consumidores que buscan encontrar calidad.
¡Japón te espera!