Francia y Portugal son los dos países con los que España comparte frontera física y, por lo tanto, los más cercanos a nivel territorial. De estos dos estados, la economía gala es la que presenta una mejor nota y por eso suele ser la escogida por las empresas que hacen sus primeras inversiones en el mercado exterior. También es una puerta al resto de países de Europa por donde tendrán que pasar las mercancías, sí o sí, en el caso de elegir un transporte terrestre.
Las ventajas de exportar a Francia
Es nuestro país vecino, así que más allá de los tópicos y rencillas que la cultura popular nos ha hecho creer, exportar a un mercado como el francés solo puede aportarnos beneficios y ventajas.
- Culturas parecidas. La clave del éxito para exportar está en conocer, y nosotros conocemos muy bien a nuestros vecinos galos.
- Economía que va viento en popa. Todos conocemos los estragos que ha provocado en Europa la crisis económica, pero en el caso de Francia, parece que en este plano las cosas van bien.
- Territorio grande. Si hablamos de kilómetros cuadrados, Francia es uno de los territorios más grandes del continente y esto amplia las oportunidades y los beneficios.
- “Aprovechar las debilidades”. A pesar de su amplio territorio, la climatología impide que sea productor de cítricos, por ejemplo, esto abre un mercado muy importante.
- Consumidores solventes y sofisticados. Y es que la economía de un país puede ir bien sobre el papel (cuentas saneadas, buena marcha de los bancos…) pero esto no significa que haya suficiente poder adquisitivo para consumir. Esto en Francia no ocurre, sus consumidores pueden comprar y lo hacen con criterios de calidad.
- Mercado variado. Como ocurre en tantos otros países, existen diferencias notables entre regiones, esto permite que el mercado ofrezca múltiples oportunidades. Lo que quieren en el norte no lo quieren en el sur y viceversa, lo que permite penetrar más fácilmente.
Francia como lugar de paso
Todas las mercancías que provienen de estados miembros de la Unión Europea pueden circular libremente, esto significa que las empresas exportadoras están exentas de aranceles. Esto facilita el flujo de servicios y productos, y en el caso de España, le permite trasladar esos envíos a cualquier país de Europa vía terrestre pasando por Francia sin mayores problemas.
Uno de los mercados con más éxito en la UE es el hortofrutícola, y precisamente el 93% de las exportaciones de este sector pasan por Francia. Alguna de las problemáticas más delicadas tiene que ver con las retenciones de la circulación en las carreteras galas que ha generado a finales del año pasado retrasos en los envíos. Una situación recurrente, que se ha convertido en la única incidencia que presenta el paso de las mercancías por Francia para llegar hasta otros destinos europeos.