El comercio internacional está recuperando este 2019 los buenos datos de años anteriores tras un 2018 algo flojo como ya explicamos en este artículo. Hacer crecer este departamento no es fácil para ninguna empresa, a lo que hay que sumar los trámites y procesos burocráticos que conlleva. Uno de los trámites más importantes es la correcta contratación de los seguros adecuados para la exportación y la importación, que permiten mantener la seguridad jurídica y también la tranquilidad de que la carga, llegue o no llegue, está protegida.
Los seguros en el comercio exterior: ¿Qué aspectos deben cubrir?
Los seguros en el sector del transporte son vitales en terreno nacional, pero aún más cuando se trata de mercancías que exportamos al exterior o que bien importamos desde otros países. ¿Por qué?
- Para cubrir los daños que puedan resultar de un accidente durante el transporte.
- Para cubrir la pérdida de la mercancía durante el transporte.
- Para cubrir los posibles retrasos en la llegada de la mercancía.
Para poder contratar los seguros correspondientes sobre la mercancía y el transporte, es el exportador el que está obligado a firmar bajo los términos de venta CIF (para el transporte marítimo) y CIP (para el transporte terrestre). Lo habitual es que el seguro tenga una cobertura de riesgos mínimos, pero se puede ampliar a media o superior. Esa cobertura debe alcanzar al menos un 110% del valor de la factura de venta.
Existen otro tipo de riesgos que normalmente se quedan fuera de la póliza como las situaciones de riesgo derivadas de fenómenos atmosféricos como terremotos o erupciones volcánicas, también la pérdida de un bulto caído por la borda durante las labores de carga y descarga. Para poder asegurar también estos incidentes se pueden incluir cláusulas, que van desde las más básicas que contemplan estos fenómenos a otras más amplias que tienen en cuenta huelgas y conflictos.