El ferrocarril forma parte de una amplia gama de transporte terrestre en todo el mundo que, en su conjunto, permite realizar el transporte de personas y mercancías del lugar donde se encuentran al lugar donde quieren ir o donde son necesarias. Los servicios de transporte por carretera, aéreos, marítimos y ferroviarios tiene características diferentes que reflejan ventajas y desventajas de acuerdo a la situación particular de la operación.
De este modo, para elegir el tipo de transporte a utilizar, será necesario tener en cuenta las necesidades (la urgencia de la entrega, el tipo de mercancías que se van a transportar, la cantidad, el tamaño, el destino de la carga, la distancia a recorrer, etc.) y las posibilidades de cada tipo de transporte (costes y recursos disponibles, estado de la ruta, condiciones del tiempo, etc.).
Ventajas del transporte ferroviario
- Gran capacidad: permite el transporte de grandes cantidades de mercancías en largos recorridos.
- Los costes de la operación son, por lo general, bastante bajos.
- Flexibilidad: es posible transportar variedades de mercancías.
- Baja siniestralidad.
- Poco contaminante.
- En comparación con el transporte por carretera, evita los problemas de la congestión de tráfico.
- Posibilidad de inter modalidad con otros métodos de transporte.
Desventajas del transporte ferroviario
- Comparte la vía ferroviaria con el transporte de personas, que son preferentes.
- Baja velocidad.
- Sometidos a restricciones físicas de altura y volúmenes de paso por los diferentes tipos de gálibos.
- Dependencia de infraestructuras: En algunos países no existe o es muy limitada la infraestructura ferroviaria.
- Ancho de vías: España y Portugal tienen un ancho de vía diferente al resto de los países de Europa. Esto obliga a tener que trasbordar las mercancías o utilizar vagones con ejes intercambiables con la pérdida de tiempo y costes que esto conlleva.
- La mercancía solo podrá ser transportada hasta donde lleguen las vías, es decir, no puede llegar hasta almacenes o centros de producción específicos.
- Necesidad de utilizar otro transporte para trasbordar la carga hasta el sitio de almacenamiento o el lugar de operaciones.
La realidad es que el transporte ferroviario es un sistema intermodal que, con excepciones muy concretas, necesita de la carretera. Y los trasbordos de la carga, los denominados costes de fricción, resultan muy caros. De hecho, pueden representar entre un 25% y un 40% del gasto total del transporte ferroviario.
Esto ha provocado que el ferrocarril apenas transporte el 5,2% de las mercancías, según datos de Eurostat, la oficina estadística de la Unión Europea, correspondientes al año 2014.